Consuelo

Consuelo   Dios es mi compañero y consuelo constante

Tal véz haya momentos en que me sienta como si enfrentara un reto solo.

Puede que esté lejos de aquellos que me darían un abrazo cálido o me escucharían con compasión.

¡Qué maravilloso es recibir consuelo por medio de la compasión de otros! Pero qué seguridad se siente al comprender que aunque ese consuelo viene de otros, su fuente siempre es Dios.

En momentos difíciles, recuerdo que Dios me acompaña. El consuelo del abrazo de un amigo proviene de Dios. Dios está por arriba, por debajo, en mí y en mi alrededor ahora mismo, ahora mismo envolviendome en calor.

En esta conciencia bendedcida de la presencia de Dios, encuentro un manantial de consuelo que alivia mi corazón y disuelve toda inquietud. Estoy en paz.

Fuente : La Palabra Diaria