Una buena revisión...

"A mí ya ni me digas, yo ya viví, ya estoy más allá del bien y del mal". Esta sería una frase que puede escucharse de labios de algunas personas mayores de 60 años, cuando se les insinúa que no están actuando correctamente.

Porque a cualquier edad el hombre busca ser feliz, vivir plenamente. Esto incluye, entre otras cosas, sentirse satisfecho por lo que se ha hecho hasta el momento, sin remordimientos, y tratar de ayudar a los demás. Sin cometer errores, ni caer en antivalores como:

Soberbia

Sentirse superior a todos, no escuchar a los demás y dejar de enriquecerse con ideas diferentes, nuevas, protestar por todo y querer imponer las propias opiniones. Como el abuelito que no tolera los gustos de sus nietos en cuanto a música (pues la considera simple ruido), forma de vestir (y quiere verlos "de sombrero y corbata") y no reconoce que todos los tiempos tienen algo bueno.

Ira

La pasión que mueve al enojo, a la indignación. El rechazo a las circunstancias de la vida o la violencia que provoca el temor a la enfermedad, al dolor. Hay muchos "achaques" propios de esta edad, y también hay personas que no están dispuestas a aceptarlos, claro que al resistirse, es mayor el dolor.

Avaricia

Uno de los vicios más marcados en la vejez. Es un afán desmedido de poseer y atesorar. Se debe al temor de quedar desamparados el día de mañana. Es posible que en esta etapa de la vida se tenga el corazón duro y no nos conmovamos ante las necesidades de los demás. Está bien ser previsor, tener algo "guardadito" para pasar sin angustias la última etapa de la vida.

Envidia

Tal vez toda la vida hemos sido envidiosos, por los éxitos y logros de los demás, porque no nos conformamos con lo que hemos llegado a tener o a ser, y vemos que se nos acaba el tiempo para lograrlo.

Tristeza

¡Peligro! Si uno no es alegre, va a compartir tristeza, y puede buscar remedios falsos como las compras en exceso, comidas abundantes, copitas de más, etc. Generalmente esto provoca un círculo vicioso, al triste nadie se le acerca...

Si se consideran estos vicios como un veneno para el organismo, se puede buscar un buen antídoto para vivir de manera más positiva que son las virtudes siempre partiendo de una actitud de aceptación de la propia realidad, sin traumas, reconociendo la disminución del vigor de las facultades, amando a todos.

Desprendimiento
   
Cuidar de no ser esclavo de lo que se posee. Ir dejando todo para el momento de la despedida de este mundo, para que pueda ser una despedida sin preocupaciones por lo material, sino por lo que trasciende, como las obras buenas y el espíritu.

Paciencia

Se da por estar conforme y estar en paz consigo mismo y con los demás, también por depositar la confianza en Dios (o el ser superior en el que se cree). Es mejor no ser inpacientes, porque los momentos agradables que nos brinda la vida son mejores si se sabe esperar; porque del afan sólo queda el cansancio.

Alegria

Se da como un resultado de aceptar la vida como está (lo que no se puede cambiar), y de compartirla con los demás y amarlos. Cada una de las virtudes que empleemos en nuestra vida es un abono para nuestra tranquilidad mental y espiritual, porque el ser seres que podamos proyectar a los demás conciencia de que la vida se puede vivir de una manera agradable sin caer en recriminaciones y desconfianza seria más llevadera y no olvidar la palabra TOLERANCIA.

Hay que recordar que "el que mucho abarca, poco aprieta", por lo que si se desea cambiar, habrá que hacerlo poco a poco: después de hacer un estudio minucioso de incrementar virtudes en su vida...El simple hecho de llegar a una edad determinada no quiere decir que ya se ha vivido todo y olvidar que nunca es tarde para recapacitar sobre el diario vivir que es la mejor respuesta para decir si se esta actuando bien o mal...

Fuente : Familia.cl/María del Pilar F. de Sada