Salud

SaludSé que hay poder en la oración. Si tengo una necesidad de curación, comienzo a orar y meditar de inmediato, abriendo mi corazón al amor sanador de Dios.

Pongo mi atención totalmente en el amor de Dios y en la actividad sanadora con la que mi cuerpo responde naturalmente.

Consciente de la vida e inteligencia en cada célula de mi cuerpo le hablo a todo mi cuerpo afirmando que el amor de Dios me sana y fortalece ahora.

En silencio o en voz alta, declaro: ¡Al abrir mi corazón a tu amor, Dios, soy sanado! Soy saludable, íntegro y reboso de vida y luz radiantes.

Continuo visualizandome como la creación saludable e íntegra de Dios que soy. ¡Acepto y doy gracias por mi curación ahora!

Fuente : La palabra diaria