Añado belleza a un mundo hermoso.

Algunas culturas celebran el comienzo de mayo dejando una cesta de flores en la puerta de un vecino. Las flores son un regalo de inspiración. Sin embargo, aun antes de que la belleza de la flor sea revelada, la idea divina de la belleza interna ya existe como potencial en su diminuta semilla.

De manera similar, las semillas de potencial divino ya están presentes en mí, listas para brotar y florecer. Al vivir, aprender y crecer, mi potencial toma forma y mi belleza y singularidad son reveladas plenamente. En este momento me propongo expresar mi belleza interna. Gracias a la oración, libero mis cualidades dadas por Dios y permito que florezcan.

Vuestro atavío no sea el externo … sino el interno, el del corazón, en el incorruptible adorno de un espíritu afable y apacible.—1 Pedro 3:3-4