14 de Mayo del 2012 - Lunes

Vivir con sencillez

Vivo con sencillez al fijar mi mente en el Espíritu divino.

El mundo parece más complejo cada día, y aunque no puedo simplificar la sociedad, puedo simplificar mi vida. Al centrar mi atención en el Espíritu, lo complicado se hace más claro. Los retos no me abaten al estar consciente de las soluciones sencillas del Espíritu. Las respuestas están en mí.

Vivo con sencillez, permitiendo que la presencia de Dios obre en mí y por medio de mí. Cuando mi mente está alineada con Dios, veo el mundo desde una perspectiva más elevada. Las complejidades de la vida se disuelven. Descanso, y el tiempo parece que pasa más lentamente. Vivo mis días con facilidad. Al fijar mi vista en el gozo, mi corazón en el amor y mi mente en la paz, vivo según el Espíritu, con sencillez y facilidad.

Los que viven conforme al Espíritu, se preocupan por las cosas del Espíritu.—Romanos 8:5