25 de Mayo del 2012 - Viernes

Voluntad

Los dones divinos de la comprensión y voluntad me impulsan a mi mayor bien.

La obstinación lleva a la acción sin guía. Las decisiones impulsivas, tomadas sin discernimiento, pueden llevarme por un camino difícil. Antes de tomar una decisión, aquieto mi diálogo interno y me alineo con la Mente Divina. En el silencio, estoy receptivo a la sabiduría del Espíritu.

Las ideas divinas avivan mi imaginación ayudándome a ver más allá de lo que había considerado posible. La voluntad divina me urge a expresar mi potencial infinito. Capacitado por la comprensión espiritual, soy impulsado a mi mayor bien. La voluntad de Dios me lleva a reclamar el bien abundante que me aguarda. Estoy receptivo a esta voluntad sagrada y con confianza busco la manifestación de mi potencial.

He descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.—Juan 6:38