27 de Mayo del 2012 - Domingo

Protegido

El poder de Dios protege a mis seres queridos y a mí.

La única presencia en el universo —Dios el bien— es todopoderoso, omnisciente y omnipresente. Me dirijo a la presencia de Dios en mí para que guíe mis decisiones, inspire mis pensamientos, ajuste mi actitud e infunda mis interacciones con amor y respeto.

Doy gracias por la luz que me rodea, por el amor divino que me envuelve y por el poder que me protege. Del mismo modo, reconozco esta verdad para mis seres queridos y sé que están seguros y a salvo.

Con mi fe y mi confianza puestas firmemente en Dios, estoy en paz. Soy libre para disfrutar la vida, para viajar y disfrutar de aventuras nuevas, viviendo cada día con confianza y fe.

Jehová es mi fortaleza y mi escudo; en él confió mi corazón.—Salmo 28:7