La guía es revelada en la quietud de mi mente.

Cuando tengo que tomar una decisión importante, quizás busque una respuesta de diferentes fuentes. Tomo en consideración mis experiencias pasadas, investigo los hechos o pido la opinión de un amigo. En el fondo de mi búsqueda yace el deseo de tener guía en la cual confiar.

Sin embargo, la mejor fuente de guía, está en mí. Aquieto mis pensamientos y preocupaciones, acallo mi mente analítica y me dirijo a mi interior. Me siento tranquilamente, cierro los ojos y descanso mi cuerpo.

Experimento cómo la quietud de lo Infinito infunde mi ser. En el silencio, me sirvo del vasto almacén de la Mente Divina —Dios. La solución divina trae consigo paz, y de esa manera sé que es la decisión correcta.

Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.—Salmo 143:10