02 de Agosto de 2017-Miercoles

LA VIDA DE DIOS FLUYE EN MÍ COMO UNA CORRIENTE DE ENERGÍA RENOVADORA.

El aliento de Dios me da vida, haciéndome una expresión radiante y saludable de Su Espíritu. La vida es energía, y si enfrento un reto de salud, encuentro paz al saber que he sido creado pleno y sano. La enfermedad se desvanece ante mi naturaleza verdadera de vida y bienestar.

Cada día le hablo a mi cuerpo, afirmando: La vida de Dios fluye por medio de mí como una corriente constante de energía renovadora. Mi cuerpo responde con energía y fortaleza. Mi mente permanece en calma y descansada.

De la cabeza a los pies irradio salud. Avivo y alabo la vida de Dios en mí. Doy gracias por el latido de mi corazón, por mi aliento y por cada célula de mi cuerpo.

Génesis 2:7 Entonces, del polvo de la tierra Dios el Señor formó al hombre, e infundió en su nariz aliento de vida.