08 de Octubre de 2017- Domingo

Descanso en el caudal infinito de la vida divina, y soy sanado.

Curación
Existe un fluir universal de salud, un caudal inagotable e irrevocable de vida en la cual vivo, me muevo y tengo mi ser. Al cerrar los ojos y descansar en esta Verdad, siento el dulce éxtasis del amor divino. La presencia moradora de Dios es mi verdadera identidad. Olas de bienestar me bañan, llevándose la ansiedad, la tristeza, el temor y toda creencia en la escasez y la limitación. Mi mente y corazón son restaurados a la conciencia de la vida divina. El amor sana. El amor me libera de cualquier sufrimiento que pueda haber estado experimentando en mente, cuerpo o espíritu. El amor me restaura a una fe profunda en la presencia, la paz y el poder de Dios. Al descansar en las aguas sanadoras y dadoras de vida del amor, me renuevo y soy revitalizado. Yo soy sano.

Salmo 30:2
Mi Señor y Dios, ... tú me sanaste. (F)