14 de Octubre de 2017- Sabado

Al dejar ir, recibo todo en paz.

Dejar ir
Me pregunto: ¿Hay un pensamiento o hábito al que estoy aferrado que evita que exprese mi ser mejor y más elevado? ¿Estoy apegado a maneras de pensar que fomentan la duda y el temor? ¿Estoy molesto por recelos o inquietudes? De ser así, ¿qué puedo hacer para cambiar? La respuesta es muy sencilla: pongo todo en manos de Dios y confío y creo porque mi fe es fuerte.

Aferrarme a la preocupación o a la falta de perdón me mantiene esclavizado. Dejar ir es una experiencia espiritual. Al dejar ir verdaderamente siento tranquilidad y paz. Permito que Dios alivie mis cargas, mis contrariedades y mis culpas. Al hacerlo, soy transformado para ser más la persona que fui creada para ser. Al soltar hago espacio para que la paz entre a mi vida.

1 Pedro 8:7
Descarguen en él todas sus angustias, porque él tiene cuidado de ustede