17 de Noviembre de 2017- Viernes

¡TENGO UNA FE QUE MUEVE MONTAÑAS!

Creo, sin lugar a duda, que el Espíritu en mí me guía hacia lo mayor y mejor. Al enfrentar retos, sé que Dios proveerá todo lo que necesito para superarlos y crecer. Jesús dijo que la fe del tamaño de una semilla de mostaza podía mover montañas. Con mi fe que mueve montañas, discierno lo que he de hacer.

Si me siento descorazonado o disuadido por las opiniones de los demás, voy a mi interior, a la guía del Espíritu Santo , y presto atención en el Silencio con una mente abierta. Como sé que todas las cosas son posibles, puedo ver una Verdad más allá de las circunstancias actuales.

Tengo fe en Dios y en mí mismo para hacer lo que sea llamado a hacer —de la manera más positiva y para el mayor bien.

Mateo 17:20 Si tuvieran fe como un grano de mostaza, le dirían a este monte: “Quítate de allí y vete a otro lugar”, y el monte les obedecería.