20 de Noviembre de 2017- Lunes

CENTRO MI ATENCIÓN EN LA PRESENCIA DE PAZ INFINITA.

A l final del día, cuando estoy a solas con mis pensamientos, ¿vagan estos hacia lo que debí haber hecho o dejado de hacer? En vez de perder el tiempo en el pasado, determino centrar mi atención en la Presencia de Paz pura e infinita.

La paz es mi estado natural de ser, de manera que cuando las circunstancias amenacen mi sentido de bienestar, voy a mi interior para reconectarme con mi naturaleza espiritual. Allí encuentro la serenidad que busco. Me lleno del fluir estable de la energía y la fortaleza espirituales que me permiten descansar, calmarme y renovarme. Dejo ir lo que “debería haber hecho o dejado de hacer” y recibo con beneplácito las posibilidades que están ante mí. Encuentro quietud para el corazón y la mente al centrar mi atención en la Presencia de Paz infinita.

Romanos 8:6 El ocuparse del Espíritu es vida y paz.