02 de Diciembre de 2017- Sabado

El poder divino está presente en todas partes y es ilimitado.

Poder divino
Todo poder físico es limitado y temporal. Solo el poder de lo divino dura más allá del alcance de nuestro concepto humano de tiempo y espacio, y más allá de los límites de nuestra comprensión humana.

El poder divino omnipresente también sana las heridas de cualquier daño que haya podido sufrir. Así como una flor valiente surge de las cenizas volcánicas, el espíritu en mí me empuja suavemente a vivir y amar más allá del dolor (de las tormentas terrenales). Cuando siento el corazón roto, el amor divino me envuelve recordándome su protección y consuelo. Cuando mi cuerpo está decaído, la vida perfecta se aviva en mí y lo sana. Lo que percibo como perdido, el espíritu lo repone. Doy gracias porque el poder divino es eterno e ilimitado.

Salmo 51:12
¡Devuélveme el gozo de tu salvación! ¡Dame un espíritu dispuesto a obedecerte!