Al comenzar mi día, recuerdo que estoy en una búsqueda; soy un viajero en una jornada espiritual para llegar a conocer las profundidades de mí mismo. Respondo a ese llamado —un despertar interno que me inspira a seguir y fomentar mi evolución espiritual.

Mi identidad divina desea ser revelada cada vez más. Al aprender y practicar verdades espirituales y aplicar estos principios en mi vida, mi fe se fortalece y mi confianza en la vida divina aumenta. Ya no siento que viajo solo; por el contrario, sé que soy guiado por la presencia moradora del amor. Mi confianza aumenta, y supero los retos con seguridad y paz.

La esencia crística demostrada por Jesús siempre está conmigo como la luz guiadora del Espíritu.

Efesios 4:15 Profesemos la verdad en amor y crezcamos en todo en Cristo, que es la cabeza.