06 de Octubre de 2018- Sabado

 

Existe una gran diferencia entre un paseo sereno río abajo y remar vigorosamente yendo en contra de la corriente. Si deseo descanso, río abajo es la elección de menos resistencia. Elegir la serenidad me ayuda a dejar de tratar de cambiar las cosas.

Me sobrepongo a cualquier situación y vivo desde mi centro crístico a medida que permito que las cosas se resuelvan apaciblemente. Sé lo que debo hacer, los cambios que debo llevar a cabo y cuándo detenerme y descansar.

Si me doy cuenta de que mis hombros están tensos o que aprieto la mandíbula, lo tomo como una señal para descansar y dejar ir. Visualizo a un riachuelo, respiro profundamente y descanso por un rato en la tranquilidad.

Mateo 11:29: Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma.