17 de Febrero de 2019 - Domingo

Creer

CREO.

Los Evangelios comunican conmovedoramente el dolor y la angustia de un padre a quien Jesús le recordó que todas las cosas son posibles para el que cree. El hijo sufría de una enfermedad seria que nadie, ni siquiera los discípulos de Jesús, había podido sanar. “¡Creo! ¡Ayúdame en mi incredulidad!” exclamó el padre; y su hijo fue sanado.

Mi viaje de fe puede que no siempre sea directo y sin tropiezos. Quizás a veces llegue al límite de mi habilidad humana para creer. En esos momentos, me entrego a la Presencia divina en mí. Afirmar yo creo abre mi mente y corazón a la fe expresada en la vida y el ministerio de Jesús. Por medio de la Presencia divina —el Cristo en mí— creo y encuentro las respuestas a mis oraciones.

Marcos 9:24 Al instante, el padre del muchacho exclamó: “¡Creo! ¡Ayúdame en mi incredulidad!