23 de Abril del 2012 - Lunes

Orden divino

Uno con el orden divino, confío en que todo está bien.

Cuando afirmo “orden divino” hago más que pronunciar dos palabras. Me hago uno con el principio de Dios que se expresa como sabiduría, inteligencia y armonía en mí y por medio de mí. El orden divino hace que todos los aspectos de mi vida y mis asuntos estén en la relación correcta.

Al afirmar orden divino, dejo ir la necesidad de saber cómo se resolverá un problema. Confío en la seguridad del amor y la provisión de Dios, que satisfarán todas mis necesidades. Al dejar ir el control, las puertas de las oportunidades se me abren y los recursos se hacen visibles. No importa la circunstancia, me alineo con el orden divino y confío en que todo se desenvuelve perfectamente.

Enviaste tu buen espíritu para enseñarles. … Los sustentaste cuarenta años en el desierto; de ninguna cosa tuvieron necesidad.—Nehemías 9:20, 21