Cualquiera que sea la pregunta, amar es la respuesta.

De vez en cuando tendré dificultades en mis relaciones personales. Mas si considero que una persona es un problema en mi vida, resuelvo cambiar mi perspectiva. El amor es la ley y amar es el cumplimiento de la ley. Dios es amor, y amar es la respuesta a cualquier discordia o desilusión.

Hago a un lado cualquier duda, temor o juicio que tenga acerca de otras personas. Aunque hacerlo sea difícil, escojo amar. Dios siempre me apoya y me da la determinación y la fortaleza para vivir con un corazón abierto.

En cualquier momento en el que se necesite amor y amabilidad yo respondo. A medida que el amor fluye de mí, su energía me circunda y envuelve a los demás.

Respondiendo, dijo: —Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón … y a tu prójimo como a ti mismo.—Lucas 10:28