1 de agosto del 2012 - Miércoles

Pasión

Comparto mis dones con gozo, emoción y pasión.

Dios en mí siempre me inspira a cumplir los deseos de mi corazón. No juzgo si estoy listo o si soy merecedor para ir en pos de ellos. Al desear ser más, hacer más y compartir más, Dios provee lo que necesito para tener éxito. Mi gozo, emoción y pasión me dicen si estoy yendo en la dirección correcta.

Estoy dispuesto a compartir mis dones y talentos, consciente de que el mundo necesita que cada uno de nosotros exprese su mayor potencial. Inclusive si no me siento totalmente preparado, Dios obra en mí y en otros para sincronizar las acciones y proveer los recursos necesarios para el mayor bien de todos. Gracias a mi pasión, fluyo con la energía positiva que apoya el propósito de mi vida.

Porque si hay buena disposición, lo que se da es bien recibido.—2 Corintios 8:12