3 de agosto del 2012 - Viernes

Perspectiva

Al estar consciente de la presencia de Dios, mi vida se desarrolla correctamente.

Al estar consciente de la presencia de Dios en mí, vivo partiendo de mi centro espiritual en vez de hacerlo desde mi ego. El propósito y significado de mi vida me sirven de guía. Cuando aprecio mi vida con una perspectiva espiritual, me doy cuenta de cuán limitado es mi enfoque si lo baso en lo que mi ego dicta. Orar me ayuda a alcanzar y mantener una visión más elevada.

Noto cuando mis pensamientos, palabras y acciones están fuera de armonía con Dios, y me abro a la guía divina. Tengo fe en que mi mayor bien se desenvuelve minuto a minuto, hora a hora y día a día; y que bendiciones abundantes fluyen hacia mí. Estoy consciente de Dios y receptivo a Su actividad en mi vida.

Todos los días se reunían en el templo, y partían el pan en las casas, y comían juntos con alegría y sencillez de corazón.—Hechos 2:46