El "combustible" preferido de las células del cerebro es la glucosa, un tipo de azúcar que en nuestra alimentación diaria forma parte de todos los alimentos "almidonosos" (en mayor proporción), y de algunos tipos de azúcares simples (en menor proporción).
Nuestro organismo la fabrica en el hígado, cuando los niveles de glucosa en la sangre disminuyen debido a que no hemos consumido suficientes carbohidratos.
Numerosos estudios comprueban que niñas y niños en edad escolar desempeñan mejor sus labores cuando desayunan algún tipo de cereal azucarado, al igual que los adultos. En ambos casos obtuvieron mejores puntajes al ser sometidos a pruebas de inteligencia y destreza mental.
Un estudio realizado en personas mayores sanas, demostró que el consumo de carbohidratos por las mañanas -sea en forma de pan, panes dulces, tortilla o cereales- los llevó a una mejoría en la memoria y en el desempeño de sus labores y actividades cotidianas.
Otros beneficios similares fueron observados con el consumo de glucosa, papas o cebada. Aquellas personas que consumieron carbohidratos fueron más capaces de recordar una lista de palabras, poner mayor atención y de realizar otras pruebas de inteligencia y destreza. Esto que ver con el hecho de que la glucosa y los azúcares simples (sacarosa, lactosa y maltosa), al ser absorbidos más fácil y rápidamente constituyen un "combustible" inmediato para las neuronas.
Mantener un nivel constante de glucosa en la sangre a través de una alimentación sana y equilibrada, está directamente relacionado con el desempeño mental en todos los grupos de edad.
Ésta es una razón sumamente importante para no seguir dietas locas y de moda (sobre todo aquéllas que restringen el consumo de carbohidratos como el pan, el arroz, la tortilla, las pastas y las papas).
Aunque en el adulto es posible erradicar de la dieta el azúcar común (azúcar blanca o morena) y muchos de sus subproductos: refrescos, golosinas, mieles y jarabes -debido a que el organismo obtiene la glucosa que necesita al desdoblar los carbohidratos complejos de los panes, tortillas, papas, etc.-, es importante recordar los buenos resultados de todos los estudios en torno al papel de la glucosa en el desempeño de los niños, y no prohibir del todo el consumo de dulces y golosinas en este periodo de su vida.