Hiperactividad

transtorno por déficit de atención e hiperactividad El transtorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), es una patología muy frecuente en muchos jóvenes que viven sin atención psicológica porque sus padres confunden su conducta con la "rebeldía e impulsividad" propias de su edad donde siempre es adecuado no dejar pasar esto por alto, este déficit se manifiesta entre los 12 y 18 años de edad.

El TDAH se manifiesta a través de tres síntomas característicos: gran distracción, tremenda impulsividad y actividad exagerada, cambios de ánimo e inestabilidad para ejercer responsabilidades.

No se han determinado causas precisas que expliquen el origen de esta hiperactividad, aunque se cree que hay elementos que pueden intervenir como factores hereditarios, alteraciones del sistema nervioso central, baja producción de sustancias empleadas en la comunicación neuronal, problemas de la glándula tiroides, altos niveles de plomo en sangre, estrés de la madre durante el embarazo o consumo excesivo de alimentos con saborizantes o colorantes artificiales.

Pero este déficit se manifiesta más en los varones que en las mujeres (en proporción de 4 a 1), y aunque por lo general se diagnostica durante la infancia, no es un trastorno exclusivo de esta edad, debido a que se prolonga hasta la adolescencia y etapas posteriores, detectándose hasta muchos años después y dando así una explicación de conductas que manifiestan muchos adultos.

A veces por la misma sociedad los jóvenes son víctimas de constantes reproches y experimentan por ello profundo malestar, ya que les cuesta mucho hacer las cosas como otros chicos y dan continuos disgustos a su familia donde esta los tilda de rebeldes y como la ovejita negra de la familia.

La falta de atención a este trastorno puede originar problemas todavía más severos: niños y jóvenes hiperactivos tienen la cualidad de ignorar la autoridad sin poder controlar su impulsividad, y si se les intenta llamar la atención con regaños o chantajes sólo obtendrán resultados contraproducentes porque aunque el chico quiera cambiar su conducta tiene como consecuencia baja autoestima y frustración.

Las personas con TDAH en donde predomina la hiperactividad se caracterizan por los siguientes síntomas:

Hablan más de la cuenta y se andan por las ramas . Nunca encuentran el tiempo para realizar sus trabajos y siempre los hacen en el último momento. Les cuesta jerarquizar y programar qué tienen que hacer, piensan que tienen tiempo de sobra para todo hasta que descubren que es demasiado tarde. Se dejan llevar fácilmente por los impulsos del momento.

Les cuesta entender; olvidan y discuten con mucha facilidad las reglas que les son impuestas. A menudo se sienten inquietos y necesitan realizar alguna actividad. Les cuesta controlarse y se comportan en forma impulsiva, por lo que suelen decir cosas de las que luego se arrepienten. Tienen cambios bruscos de humor.

En cambio, los jóvenes con TDAH en donde hay mayor dificultad en la concentración tienen las siguientes características:
    
Les cuesta seleccionar la información más importante. Tienen dificultades para mantener la atención en sus clases, y no pueden evitar pensar en otras cosas. Se sienten inseguros porque a menudo tienen sensación de estar olvidando alguna cosa importante. Cuando lo que están haciendo no les atrae, se distraen con increíble facilidad. Se debe tomar conciencia de que el problema debe ser atendido por un especialista (psiquiatra). Además, ayudarán a su hijo a comprender que el TDAH requiere especial atención, ya que puede causarle problemas en su rendimiento escolar y sentimiento de inferioridad si se compara continuamente con los otros compañeros de su edad.
 
Medidas que se pueden realizar para que las personas cercanas ayuden a un adolescente con TDAH:

Animarlo a que se marque objetivos concretos y cortos. Felicitarle cuando concluya exitosamente sus labores. Enseñarle a pensar por sí solo y tranquilamente en las consecuencias de sus actos, sobre todo cuando dude. Ayudarle a comprender que las observaciones constructivas no son motivo de discusión. Evitar que se desespere cuando alguna cosa no le sale bien. Apoyarle y animarle a que se acepte tal como es.

Por último, el adolescente con transtorno por déficit de atención e hiperactividad debe comprender que su padecimiento le ocasiona mayor dificultad para alcanzar ciertos objetivos y llevar una vida social armoniosa, pero también que la perseverancia será la mejor aliada para acceder a su potencial creativo e imaginativo. El adolescente necesita siempre apoyo y comprensión por parte de sus padres y la familia...

Fuente : Ciudadfutura/Mario Rivas