El alcohol en la tercera edad

alcohol tercera edadTomar alguna bebida alcohólica, supone para gran parte de la población un placer asociado a festividades, celebraciones o simplemente el disfrute de una buena comida; entre un 2 y un 3% de los alcohólicos tiene más de 65 años. En algunos casos el alcoholismo es el resultado de una larga historia de abuso, pero en la mayoría adopta la forma de un escape a una realidad difícil de asumir. Esta es una enfermedad que puede presentarse en cualquier etapa de la vida.

La forma terminal de la alcoholización que se caracteriza por la dependencia física, y a la que las personas mayores llegan luego de "una larga carrera" de 10, 15 ó 20 años de beber en forma constante (pero acompañada de una alimentación regular que permite la sobrevida). Estos alcohólicos crónicos suelen estar bastante deteriorados y presentan signos característicos como la pérdida de la memoria y demencia.

Pero el cuadro de alcoholismo afecta más a personas mayores con una mala situación socioeconómica, que viven solas y que suelen ser rechazadas por sus familias; ellos recurriendo al alcohol (generalmente de mala calidad) para obtener el efecto droga. Utilizan una sustancia adictiva como el alcohol para escapar de una realidad que no pueden asumir.

Clases de Bebedores

Moderado: Bebedor de vino en las comidas, rara vez ingiere bebidas blancas como ginebra o vodka. No busca intoxicarse y evita la ebriedad, no siente necesidad de beber y no le trae trastornos o complicaciones.

Bebedor Social: Personas que siempre que se encuentran en una situación social, necesitan beber para sentirse más sueltas y divertidas. Pueden estar sin beber, pero en reuniones sociales no limitan el consumo de alcohol, y lo hacen hasta sentirse "alegres".

Bebedor Fuerte: Bebedores que toman mucha cantidad de alcohol, independientemente o no de las comidas, y casi todos los días de la semana. Para estos, la bebida es una parte importante de su vida, y una fuente de placer y diversión. A pesar de que durante el día toma mucho alcohol, no ha perdido la capacidad de controlar cuánto y hasta cuándo tomar, por lo que rara vez llegan a tener complicaciones sociales, familiares o laborales.

Ebrios ocasionales: En general, son bebedores "fuertes", que ocasionalmente buscan embriagarse. Suelen ser grupos de "compañeros" con los que salir a "festejar", y ya antes de comenzar con la fiesta tienen intención de emborracharse. Su forma de beber se relaciona con una idea de diversión, sin que exista necesidad física.
    
Bebedor alcohólico: La línea que separa a este bebedor, de los anteriores "bebedores problema", es la pérdida de control sobre la ingestión de alcohol. No puede elegir el momento, ni la cantidad, ni los efectos del alcohol en su organismo. No puede decir "basta y por tanto beberá hasta quedar intoxicado. En este caso, y progresivamente, aparecen los trastornos asociados al alcoholismo en todas las áreas de su vida: Física, emocional, familiar, social y laboral.
 
Un bebedor social, puede convertirse en alcohólico con más rapidez de lo que él mismo puede pensar. Ello es así, entre otras cosas, porque vivimos en una cultura del alcohol, en donde está perfectamente tolerado que la gente, incluso la más joven, se emborrache de vez en cuando. En ocasiones el hecho es tomado como un signo del paso a la edad adulta, cuando se trata de jóvenes bebedores, y difícilmente se concibe una fiesta, cualquiera que sea el evento, sin la abundante presencia de bebidas alcohólicas.

Las consecuencias

El alcoholismo es una enfermedad crónica caracterizada por una tendencia a beber más de lo debido, intentos infructuosos de dejar la bebida y mantenimiento de la costumbre a pesar de las adversas consecuencias sociales y laborales. Las consecuencias a largo plazo del consumo de alcohol afectan al organismo de muy diversas formas. Favorece la aparición de anemias, lesiones cutáneas, diarrea y depresión. Las alteraciones gastrointestinales del alcohólico afectan el esófago (inflamación y cáncer), el estómago (inflamación y úlceras), el hígado (hepatitis, cirrosis y cáncer) y el páncreas (pancreatitis, bajos valores de azúcar en sangre y cáncer).

Al impacto de la dependencia, tanto psicológica como física, la que genera el alcohol interfiere con la capacidad de relacionarse y trabajar, y puede generar además un gran número de conductas autodestructivas. El constante estado de embriaguez del alcohólico suele alterar las relaciones familiares y sociales.

Fuente : Buenasalud