El Amor en la Tercera Edad

amor en adultorCuando se arruga la piel y el cansancio de navegar por los años se refleja en los párpados, cuando la curva de la vida comienza a declinarse y miramos hacia atrás y vemos un largo camino recorrido, estamos cerca. Cuando notas que tu pelo está gris, que de repente la música está muy alta y que en tus manos el tiempo ha comenzado a dejar indiscutibles huellas de su paso, hemos llegado.

Llegar a la tercera edad puede significar el fin de algunas cosas pero también la renovación o el comienzo de muchas otras. Muchas veces la palabra amor se asocia a juventud…. Y acaso ¿no se ama también en la tercera edad? ¿No es posible enamorarse como un adolescente a los sesenta o sentir cosquilleos en el estómago ante la presencia de la persona amada?

Quienes creen que las canas y las arrugas extinguen la llama de la pasión deberían pensarlo dos veces. La edad no constituye una barrera para llevar una vida sexual activa.

Si se ama a la tercera edad, la paradoja es que a esta edad es cuando más se necesita amar y ser amados. Las arrugas y el paso vacilante parecen indicar que falta el corazón. Nada más erróneo. El corazón salta dentro del pecho y sin embargo cualquier gesto, mirada o acción es considerada como la llama del amor que aún vive, donde los latidos de un corazón siente como un adolescente y que se cree que porque se llega a cierta edad el amor ya no forma parte de la vida.

Un estudio que se hizo recientemente comprobó que las personas que tienen más de 40 años están disfrutando tanto en su intimidad como sus homólogos más jóvenes, según un sondeo publicado por la compañía Pfizer, que produce diferentes fármacos, incluida la píldora Viagra para la impotencia.

Los españoles y los belgas mayores sobresalieron en el sondeo, ya que muchos reportaron más relaciones sexuales, al menos una vez al día, que los entrevistados de otras nacionalidades. A escala mundial, más del 80 por ciento de los hombres y el 60 por ciento de las mujeres entre los 40 y 80 años consideraron al sexo como una parte importante en su vida cuando respondieron a las preguntas del sondeo de Pfizer, llamado Estudio Global de Conductas y Actitudes Sexuales.

Es refrescante ver que no existe un final marcado para la necesidad de intimidad a medida que avanza la edad. Los hombres y mujeres del mundo permanecen sexualmente activos hasta los 70 años. Las relaciones sexuales frecuentes tienen sus beneficios, según el sondeo de 26,000 personas en 28 naciones.

Es que a medida que pasan los años el amor y la pasión en la tercera edad no se pierde, el hombre y la mujer son limitados y frágiles y cuando no falta una cualidad, sobra un defecto, pero afortunadamente existe el camino del espíritu, en donde todo es perfecto y duradero, allí podemos recurrir cuando estamos dispuestos a iniciar la gran aventura de compartir nuestra vida con la pareja.
    
Así, las parejas aparte de preocuparse por su físico, sus sentimientos y pensamientos, han cultivado el espíritu, saben que deben trabajar como si todo dependiera de ellos puesto que nunca podremos determinar cuándo termina nuestro trabajo y dónde empieza esa gracia como ingrediente indispensable de un matrimonio, la gracia sobrenatural, que las mujeres tienen la facultad de captar más fácilmente que los hombres.
 
El hombre o la mujer de 60 ó más años, han tenido más tiempo y oportunidades que los jóvenes para aprender a amar de verdad, con un amor completo. Durante la juventud en realidad casi nunca se sabe lo que es amar de verdad; suele más bien ser enamoramiento y pasión. Esto significa que en la mayoría de los casos ese pretendido amor recibe toda su fuerza del impulso instintivo. Más que amor es un deseo corporal o sentimental que busca al otro para sentirse feliz, pero casi nunca busca le felicidad de su pareja, sino la suya propia.

En cambia, pasada la juventud, en las personas de carácter sano, el amor suele volverse más maduro y ser capaz de amar de verdad a la persona que hemos escogido para compartir nuestra vida, porque entonces ya no es tan fácil que seamos dominados por la pasión ciega o el romanticismo exagerado.

Estas han aprendido a compartir también la enfermedad, los achaques, las despedidas de los hijos, la muerte de amigos, en fin, su paulatina disminución de actividad e incluso de fuerza, para apoyarse mutuamente y poder decirse: "aquí estoy viejito, cuenta conmigo", "te ayudo, viejita, no cargues eso que está muy pesado."

Es en la edad avanzada, cuando la pareja se vuelve realmente hermana, cuando su comunión es total, porque han quedado atrás egoísmos, vanidades, superficialidades, competencias inútiles, pleitos y malos entendidos...

Fuente : Terra