Si mi cuerpo pasa por un reto de salud, desde un resfriado leve hasta una cirugía mayor— puede que sienta incertidumbre o temor a lo desconocido.

Myrtle Fillmore se refirió a la curación como un proceso de tres etapas: espiritual, mental y física. Ella escribió: “Quien recuerda y vive según las promesas espirituales de la ley de la salud no se preocupará o… descuidará alimentar su alma con lo que es necesario para mantenerla desarrollándose hacia Cristo”.

Entiendo que mi cuerpo es el templo de Dios. Aprendo más acerca de mí mismo y de las herramientas que necesito para edificar inteligencia mental, emocional y espiritual. La más grandiosa de esas herramientas es la oración, y la utilizo para entrar en el Silencio y aceptar la salud que ya es mía.