Hoy recuerdo que mis intenciones forman parte del plan para mi vida. Con una mente clara y un corazón abierto, prosigo audazmente y con diligencia en este nuevo comienzo. Busco conectarme con amigos y familiares, alcanzar mis metas personales y servir a los demás.

Cuando no me sienta seguro acerca de una situación, hago una pausa y me pregunto: ¿Qué trata de expresarse más plenamente en mi vida en este momento? Entonces acudo a mi interior y las ideas divinas, que son los cimientos de mi vida, me inspiran. A medida que cambio patrones de pensamiento y establezco intenciones positivas, las ideas divinas crean un nuevo sendero para mi vida. ¡La sabiduría divina me guía y mi futuro me lleva hacia una vida maravillosa!

En este Día de la Tierra, tomo tiempo para reconocer mi responsabilidad con este planeta que es mi hogar. La abundancia de Dios está por doquier. La plenitud del reino vegetal nos sustenta y su belleza nos brinda gozo. Admiro las montañas, el trinar de los pájaros, la magnificencia de los océanos, lagos y ríos.

Compartimos este copioso reino con animales majestuosos. Todo me habla del amor y el cuidado del Creador —todo es parte de mí, así como soy parte del todo. Somos uno. Mis ojos están abiertos a la unidad de toda la vida. Acepto plenamente, con facilidad y gracia, mi papel como guarda de la Tierra. Me importa mi entorno, mas no solo por mi bien, sino por el de todos los que habitan este hermoso planeta. Cuido de él pensando en las generaciones futuras.